En verdad soy transparente. Descubrirás que me gustan los pequeños detalles. Y si abres uno de los cajones de mi habitación, entenderás todo lo que quedó por decir. Puede que si cogieras mi reproductor de música entenderías la banda sonora de mi vida. Incluso si miras en la papelera de mi habitación verías todos los gritos que he callado. Si coges mis dibujos o mis frases, entenderás que todas hablan de mí aunque te parezcan simples garabatos. Si pones los ojos en mi cámara, y ves el mundo a mi manera, comprenderás todos mis miedos. Luego, coge mi álbum de fotos y entenderás porque digo que no podría vivir sin mis recuerdos. Si te fijas en mi, comprenderás lo frágil que soy a veces. O simplemente, cierra los ojos, pon las manos en mis mejillas e intenta descubrir si mis nervios han desaparecido. Acércate a mí y te hablaré de todas mis sensaciones… Pero si quieres, olvídate de todo esto y mírame a los ojos.
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