martes, 27 de septiembre de 2011

Juguemos..

Juguemos, o mejor dicho,vivamos. Intenta hacerme creer que el roce de tus manos con mi piel es efímera, pero a la vez eterna. Hagamos que la realidad luche por conseguir que ella sea lo más parecido a un sueño en nuestras vidas. Prometeme, que si me caigo y me rompo, y quedan al aire todos mis sentimientos y mis miedos más profundos, harás de ello algo que me sirva para aprender. Y no solo vale con prometermelo, cumplelo, es lo más importante. Veamos como el tiempo pasa sin importarnos, creyendo que por más que la arena del reloj se amontone, nunca va a explotar. Bailemos con mis inseguridades y con tus celos, provocando un tropezón juvenil. ¿Recuerdas que dije que todo esto era un juego? Pues haz de el algo más serio, algo diferente, algo tuyo y mio, de nadie más.

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Defender la alegría como una trinchera.
Defenderla del caos y de las anestesias,
De los falsos suicidas y de los homicidas,
y del dolor de estar absurdamente alegres.
 Mario Benedetti