lunes, 2 de mayo de 2011

Miles en el mundo y ninguna como tú.

Quería expresarte todo lo que siento en unas líneas, ya que me cuesta más con palabras. Eres una de las personas que más aprecio en esta vida, una de las pocas que permanece y permanecerá pase lo que pase, ya tenga problemas, las cosas se tuerzan o sea la persona más borde de este planeta, pero sé que siempre te tendré ahí, porque me quieres, porque eres mi amiga y eso no cambiará por nada del mundo. Quiero que sepas que aunque a veces parezca que no te quiero con todas mis fuerzas y te necesito a mi lado, me has ayudado a darme cuenta de que todo tiene siempre una recompensa, que no hay mal que por bien no venga. Que para que los demás te quieran, primero hay que quererse a uno mismo. Y que no todo el mundo merece una segunda oportunidad.
Se que no me abandonarás nunca, lo se, pero quiero que sepas que yo a ti tampoco, aunque pocas veces lo demuestre, es cierto, porque no se que haría sin ti en algunos momentos, sin palabras bordes todos los días, pero en realidad me da igual si son bordes o no, lo que me importa es escucharlas y que salgan de tu boca. Tampoco sé con quien cantaría canciones improvisadas con voz de gnomo, porque esas risas y esas canciones, son únicas. Quiero darte las gracias, por ser mi consejera y decirme las cosas aun sabiendo que me van a hacer daño, pero sabes que es lo mejor para mi; por haber estado ahí en aquellas ocasiones en que lloré y supiste callar mis lágrimas motivándome a intentarlo otra vez, compitiendo conmigo misma; por haber sacado de mi todas esas virtudes, que hoy me hacen ser quien soy; por decirme incontables veces que sí, que podía hacer lo que me propusiera y por mostrarme con tu mirada que siempre creerías en mí; por haber tenido esa sabiduría de saber cuando tenías que ser dulce conmigo y cuando las sonrisas tenían que ir primero; por haberme ayudado en esas cosas que igual eran importantes; por ese día en el que me diste tu mano y supe que nunca me iba a caer y por todo lo que nos queda de vivir juntas. Gracias por cada abrazo que me tenias preparado después de un duro día y por las conversaciones largas de corazón a corazón; por levantarme cuando caí, por limpiarme las lágrimas, por estar conmigo cuando estaba asustada y por comprenderme cuando nadie lo hacía; por hacerme ver la luz cuando solo veía oscuridad; por quererme día tras día aunque nos hayamos hecho daño y a veces no mereciera tu cariño; por ser tú, con tus defectos y tus virtudes, con tus manías, con tu forma de ser, con tus cosas buenas y tus cosas malas, por tus maneras de acariciar pegando, gracias por ser así; porque puedo construir dos años enteros llenos de fotografías y recuerdos; por enseñarme a pedir perdón cuando me equivocaba, porque así aprendí que se necesita tanta valentía para poder aceptar los errores como para corregirlos; por tu confianza; por seguir queriéndome después de haber sido borde, tonta, irritable y estúpida; por haberme sonreído con todo lo vivido hasta hoy, por haber evitado que llorase con la primera pena que me llegara al corazón. Gracias por enseñarme a vivir con la felicidad en el camino.
Gracias Susana, por ser así de única, por saber como estoy solamente a través de una lágrima o el límite de mi alegría por millones de sonrisas, por decirme que siempre hay que pensar antes de actuar, por tus palabras insignificantes, por hacerme saber que no importa lo que piensen los demás, sino lo que piense yo.
Gracias por dejar que el tiempo cruce nuestros dos caminos, para un solo destino.

1 comentario:

  1. TeeQiieRo peluziiTa miaa =) q Seepas q SiieMpre staRe ahii AunQe no PueDas veRme SiieMpRe ire Dnde tu Vayas SoLo piieNsa en Mii y aHi staRe
    TEQIERO PRECIOSAA SIEMPRE SERAS MI ENANAA!!

    ResponderEliminar